Arequipa escondida

La ciudad de Arequipa contiene secretos que pasan desapercibidos a nuestros ojos, porque no nos da la gana de detenernos y admirar la belleza de sus detalles. En esta nota revelaremos algunos de estos secretos que están a la vista y paciencia de todos.

Por: Sarko Medina Hinojosa

CARE´PIEDRA

La pregunta fue: ¿En qué parte de la ciudad se encuentran tres rostros que miran a otros tres directamente a través de una plaza?. La respuesta, si no la halló hasta ahora, se encuentra en nuestra nunca bien reconstruida Plaza de Armas, donde, además del Tuturutu que le faltan las alas, viven otros personajes de piedra granítica, observando cada día las irreverentes marchas populares y por las noches las huascas furibundas de los habitantes de esta revolucionaria orbe. Los tres rostros se encuentran en ambos portales de la plaza, el de Flores y de San Agustín, justo al medio. Vigilan la vida y obra de santos y pecadores y darán cuenta de sus actos al final de los tiempos. Algún alcalde pendeivis, podrá fácil colocar camaritas en sus pétreos ojos y chequear a sus serenos, pero, para que eso pase, falta mucha cancha edil.

rostros arcos de la plaza de armas 2

rostros arcos de la plaza de armas

LA CRUZ DE LOS BRICHEROS

Se encuentra en el Pasaje de la Catedral y cada mes de mayo se devotan los inquilinos de los locales cercanos para organizarle su verbena con harto ponche para invitar a la llamada “farándula arequipeña” en pleno, con sus rastas y pantalones tipo lliclla, se divierten los más paganos, mientras que los más espirituales, se encomiendan a su protección y le piden que vengan más gringas y que suelten plata. La tradición explica que fue puesta allí, a espaldas misma de la Catedral, para la protección de los paseantes nocturnos, que, por la época republicana, corría riesgo de ser asaltados o emboscados, tales eran las costumbres medianocheras en la ciudad a finales del siglo antepasado.

la cruz de los bricheros 1

la cruz de los bricheros 3

la cruz de los bricheros 2

EL JESUITA ARMAO

Esta espectacular talla en sillar, ubicada en la entrada por Álvarez Thomas del templo de La Compañía, fue diseñada y construida por el maestro arequipense Simón de Barrientos en 1654 y representa a Santiago Apóstol. Pero naca la pirinaca que está en posición de rezar, al contrario, en actitud achoradísima, está montando a caballo y con sable en alto, decapitando moros (musulmanes para los nuevos), cuyas cabezas se ven pisoteadas por las patas del corcel. Lo interesante es que es la única representación así, en actitud violenta, en una Iglesia arequipeña, de un santo.

guerrero jesuita

¡DEVUELVAN LAS PLACAS!

Los ladrones en la ciudad no respetan nada, ya lo demostraron robándose en una oportunidad una custodia de la mismísima Catedral, a plena luz del día y sin roche. Pues estos desventurados se robaron, en determinadas ocasiones, las conmemorativas placas que existían en la Plaza de Armas, de las cuales solo queda una, recordando a los estragos de la Revolución del 50 (Googlen pues no sean flojos). Las otras dos faltantes se ubicaban una al frente de la Pileta, mirando hacia el templo mayor y la otra a su costado derecho. De esta última no se conoce mucho, pero de la primera se sabe que recordaba el fusilamiento de Felipe Santiago Salaverry del Solar, en 1835, cuando se rebeló, para variar, contra el gobierno de turno. Vale la pena escrutar un  poco de su historia final: Salaverry, después de dar un golpe a lo Fujimori y ser derrotado en Socabaya, fue sometido a un proceso sumario y pese a la promesa que se le hizo fue condenado a morir por plomo. Su último deseo fue una pluma y unas hojas, en las que escribió tres cosas: su testamento, una carta a Juana Pérez, su ñora, y una protesta “ante la América” por su ejecución, los cuales actualmente están en el local del Club Arequipa. Fue fusilado en la Plaza de Armas al lado de sus principales oficiales. Se cuenta que cuando los fusileros metieron la primera descarga, todos cayeron fríos, menos Salaverry, que se paró, dio un paso atrás y dijo: “La ley me ampara”, pero ni ahí que le hicieron caso y lo despacharon sin asco. La plaquita de bronce que después se colocó recordándolo, ya debe estar fundida y hecha collarcitos para su venta en el Fundo del Fierro. Malaya su suerte.

placa plaza de armas

A QUE TE ARUÑO

Estos leoncitos agazapados y listos para lanzarse y aruñar, se encuentran en filita en un edificio de la primera cuadra de la Merced, si, antes de llegar al cafecito de la esquina para mayores datos. El yara de su ubicación me lo pasó Jorge Turpo y hay que ver que escondidos están, ya que, aplanados por arriba y por abajo, más parecen emparedado de Felix el gato que otra cosa, pero hay que ver que el artista, del cual el nombre se perdió en el tiempo, tuvo la ingeniosa cualidad de replicarlos en esa actitud expectante.

leones 1

leones 2

ESTE TEMPLO NO TOMO LECHE

Tres vasos de leche al día, reza el conocido y viejo comercial. Pero, en este caso, parece que no le hicieron caso los frayles dominicos, ya que este templo se quedó así, reminiatura. Se encuentra en el pilar esquinero del complejo dominico. Miles pasan a diario y dejan en su puerta de sillar, siempre abierta, vasos descartables, chicles mascados, envolturas de caramelos y demás basurita, pero él no se amilana, sabe que a sus espaldas tiene al hermano mayor que sale en su defensa y siempre aparece, irremediablemente al otro día, totalmente despejado y sin recuerdo profanos a su pequeña investidura como casita de Dios. Como dice el refrán, “No existe templo pequeño, sino poca fe”.

el templo más chiquito 1

el templo más chiquito 2

el templo más chiquito 3

EL HERMANO DEL BIG BEN

Dicen que es el hermano menor del famoso Big Ben de Londres, reloj emblemático de la ciudad de la eterna niebla, pero, en la ciudad de la eterna prim… ya dijeron ¿no?, retomo, en la Blanca Ciudad este reloj forma parte del ideario popular que lo mira y siente que, mientras se escuchen sus campanadas cada quince minutos, todo el mundo funciona. Para los observadores, el agujero que se encuentra cerca al IX, puede pasar por una rotura sísmica, pero no es así, fue un balazo revolucionario de la gesta de los 50, la que dejó esa cicatriz. Otro detalle para el ojo observador es el IIII, en vez del IV Romano, y es que al parecer, para no confundir al populorum, decidieron americanizar los palitos. Por ahora anda en reparación el reloj, ya que a sus 157 años, no es fácil hallarle piezas de repuesto, esperemos que las hallen, porque este es uno de los símbolos de nuestra historia que permanece en pie, a pesar de balazos y las cagadijas de las palomas.

Reloj de la catedral

Reloj de la catedral 2

Coda

Me queda chico el blog si nos propusiéramos sacar a la luz los detalles que existen en nuestra ciudad y que son ignorados por nosotros, los sufrientes y cabizbajos paseantes, que no los sabemos apreciar ni descubrir, como que las puntas de las torres de la Catedral en realidad son de latón y no de sillar, ¿A que no se dio cuenta?, así de esos secretos hay muchos. Los agradecimientos van para el Señor Luis Sardón, director del Archivo Arzobispal, Jorge Turpo que pasó unos datos interesantes, la fotógrafa adjunta que colaboró diligentemente Patricia Chávez y para aquellos que recopilaron en libros, revistas y blogs, los detalles que aquí les presentamos.

5 comentarios en “Arequipa escondida

    • Hola Nadia el primero es de Belisario Suárez, quien en 1878 ayudó a la reconstrucción del Portal de la Municipalidad (tras el terremoto 1868). Su rostro es uno de los tres tallados en ese portal mirando hacia la plaza de Armas (los otros dos son de Lorenzo Talavera, presidente del consejo departamental, y el del alcalde Diego Butrón) Saludos!!!

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